Ciudad de México, octubre de 2024
Queridos amigos, paz:
Me apuro para enviar estas noticias antes de que llegue el frenesí navideño. Espero se encuentren bien. En mi última carta hablé del trabajo que estamos haciendo para ayudar a los sacerdotes diocesanos en situación de pobreza. Nuestro seguro médico para sacerdotes en México está avanzando, ¡muy lentamente! Por favor, tengan presente esta intención en sus oraciones.
Más o menos una vez cada dos años nuestro sistema bancario en línea sufre una quiebra nerviosa. Lejos están los días en que uno podía llamar a su banquero para arreglar contratiempos: ahora la inteligencia artificial manda, y a veces sin mucha inteligencia. A fines de agosto, uno de nuestros servicios de pago bloqueó las cuentas que usamos para enviar pequeños apoyos mensuales a unos 22 sacerdotes pobres, y hemos estado trabajando para reestablecer el servicio. Afortunadamente, todos, excepto los sacerdotes de Tanzania y Zambia, han vuelto a recibir sus subvenciones. ¡Ha sido un excelente ejercicio de paciencia!
Noticias mucho más felices llegan de la Escuela de la Fe en África. Hemos fundado en la diócesis de Mbulu (Tanzania), e Ignatius, nuestro responsable regional de expansión, pudo asesorar las escuelas de Zambia. Los cursos se están traduciendo al suajili, y la Escuala está floreciendo. Actualmente estoy haciendo un vídeo de YouTube sobre la situación de la Iglesia en Nigeria…
En Guatemala y El Salvador, los Evangelizadores de Tiempo Completo que apoyamos están llegando a lugares donde casi nunca hay un sacerdote: vean las fotos en el informe.
Se acerca el Adviento, que debería ser un tiempo de más intensa oración y reflexión (¡y no sólo más calorías y compras navideñas!). Los invito encender una vela y ofrecer una oración por todos estos esfuerzos. Gracias por su apoyo y amistad continuos. Si tiene lugar en su prespuessto navideño, hay una larga lista de espera de sacerdotes pobres que necesitan de nuestro apoyo: ¡cada centavo se aplicará!
Con mis oraciones por Uds., sus familias e intenciones,
Padre Robert
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